Un día en el autobús con mi hijo en mi regazo me encontré este poema, me encanto, luego me informé y descubrí que era el festival internacional de poesía que se realiza en mi ciudad, que por eso estaba el poema en el autobús y que al día siguiente había un recital de su autora Gioconda Belli. Al día siguiente allí estaba yo, escuchando atenta y disfrutando de una tarde preciosa, mi hijo tan pequeñito también estaba cautivado escuchando a esta mujer recitar sus poemas de mujeres salvajes, rebeldes y llenas de amor, quieto y atento y aplaudiendo animado cuando acabo, fue magia pura
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.